Por Julia Regina de Cardenal
Si el Sr. Finke realmente desea solidarizarse con mujeres salvadoreñas, le invito a conocer y apoyar la labor de Fundación Sí a la Vida, donde se han salvado más de 11,200 personas del crimen del aborto.
La semana pasada el Sr. Finke publicó un artículo en el que relataba haber participado en una marcha —organizada por grupos políticos que promueven la legalización del delito del aborto— “para expresar solidaridad con las mujeres en El Salvador” y que se sorprendía que algunos medios habían “comunicado” que él hacía campaña a favor del aborto. En dicha marcha, el embajador portaba un pañuelo verde, símbolo de una campaña creada en Argentina, copiada por feministas pro-aborto en Latinoamérica, cuyo lema dice “derecho aborto legal, seguro y gratuito”. ¿No lo sabía? Asimismo, dice que se acusa a Alemania de que financiaría proyectos pro-aborto. ¿Quién dijo esto? ¿Dónde? ¿Cuándo? Sería bueno que aclarara.
Asegura que “comparte la opinión de quienes sostienen que la protección de la vida antes de nacer debería ser, en principio, la prioridad”. Me gustaría saber ¿por qué? ¿Será porque es una vida que tiene derechos humanos que deben ser protegidos?
Entonces el Sr. Finke se contradice dando argumentos “médicos, psicológicos y de derechos humanos” para matar a estos pequeños indefensos seres humanos por nacer en algunos casos. ¿No le parece que lo correcto es lo que hacen diariamente los médicos salvadoreños con ética quienes luchan por salvar las vidas de sus dos pacientes siempre? En algunos casos el bebé muere al verse el médico ante la lamentable decisión de “interrumpir el embarazo”, que no es matar al bebé abortándolo, sino adelantando el parto intentando salvar a ambos pacientes. En la mayoría de casos se salvan los dos. Esto es dar argumentos médicos, no “dogmáticos, rigorismo criminal o moral” como dice el embajador.
Los promotores de la legalización del aborto siempre descalifican la defensa de la vida como oscurantista, religiosa, conservadora e impositiva, ridiculizando y atacando a la Iglesia. La realidad científica es que el aborto es un procedimiento sangriento, que pone en peligro la salud física, metal y la vida de la madre además de matar a su hijo desmembrándolo. ¿Es esto “progreso”? ¿“Civilizado”? Es como contratar un sicario para resolver un problema. No existe el aborto seguro. La violencia y muerte nunca son solución. El amor, la solidaridad y la vida sí.
El embajador también defiende su postura en nombre de los mal llamados “derechos sexuales y reproductivos”. Le recuerdo, no existe el “derecho” a matar.
Es lamentable que un embajador se una a la maliciosa campaña falsa contra El Salvador denominada “las 17” —mujeres condenadas por homicidio agravado contra sus recién nacidos estrangulados, apedreados, acuchillados, etc.—concluyendo que no han tenido un “juicio justo” y que esto tiene “conexión directa con el aborto” dándoles 30 a 40 años de prisión. FALSO – https://fundacionsialavida.com/juicios-las-17/. La pena por aborto es de 2 a 8 años. No hay ni una mujer presa por haber abortado porque les dan medidas sustitutivas.
Si el Sr. Finke realmente desea solidarizarse con mujeres salvadoreñas, le invito a conocer y apoyar la labor de Fundación Sí a la Vida, donde se han salvado más de 11,200 personas del crimen del aborto. Mujeres con embarazos en dificultades por violación, pobreza, salud y otros dramas terribles, convencidas que el aborto era la única solución. Con apoyo integral cambiaron de decisión optando por la vida. Algunas viven en el Hogar María Isabel mientras se arreglan sus problemas. También lo invito a conocer Viñedos de Raquel, quienes brindan apoyo a mujeres con graves traumas por haber abortado. Las acompañan en su dolor ayudándoles a perdonarse a sí mismas y reconciliarse con sus hijos abortados.