Por Julia Regina de Cardenal
Actualmente organismos poderosos invierten en países menos desarrollados como el nuestro para lograr legalizar el negocio del aborto. Debido a que somos una población cristiana les ha costado conseguirlo. Sin embargo, han traído a supuestos “profesionales” en la materia, a giras mediáticas, a centros educativos, iglesias, reuniones con lideres políticos, etc. para presionar a que se legalice un crimen abominable – como lo llamó Monseñor Romero – usando pretextos que ellos definen como “causales”.
¿Puede haber una justificación para permitir que una madre tenga derecho legal de matar a su hijo? Con los avances tecnológicos se sabe que desde su concepción ya está su código genético completo; ya están definidos su color de pelo, de ojos, de piel, su estatura, su sexo…. hasta sus huellas digitales; no se le agrega nada más que nutrición igual que a cualquier persona; que su corazón late a los 18 días de concebido; a las 10 semanas – de esta etapa en adelante comienzan la mayoría de los abortos – está completamente desarrollado, hasta tiene uñas; solo sigue creciendo y perfeccionándose.
Sabiendo todo esto, ¿se puede dar “derecho” legal para matar a este pequeño ser humano indefenso? Analicemos cada caso. Por violación o incesto: la mujer violada ya lleva un trauma terrible como víctima de tal brutalidad, ¿el aborto le va a ayudar? No. Matar a su hijo le pondría una carga emocional más pesada de la que ya tiene. Ella necesita todo el apoyo de la sociedad y del Estado. Fundación Sí a la Vida ha ayudado a muchas mujeres en casos de violación que no solo deciden tener a sus hijos sino quedarse con ellos a pesar que se les ofrece la adopción como una opción. Se debe perseguir al criminal y crear ambientes seguros para las mujeres, no darle la pena de muerte al inocente.
El caso de que el nasciturus sea “inviable” tampoco puede ser razón para matarlo. Si es verdad que el bebé va a morir, debe dejársele seguir su proceso natural y no arriesgar a la madre con un procedimiento agresivo que puede tener graves repercusiones físicas y psicológicas. Además, muchos médicos se han equivocado en su diagnóstico y los bebés han sobrevivido.
El caso usado para abrir las puertas a los demás es la vida de la madre. Organizaciones de ginecólogos en el mundo aseguran no existe ninguna razón por la cual de deba matar al nasciturus para salvar la vida de la madre. Se puede adelantar el parto para salvar ambas vidas, sacando a bebé entero no en pedazos. Este podría morir por ser prematuro pero no fue un acto deliberado pues se luchó por ambos pacientes.
Hay miles de mujeres que se arrepienten por haberse practicado un aborto sufriendo el síndrome post aborto que conlleva un cargo de conciencia que les afecta toda su vida. La mujer con embarazo en dificultades merece lo mejor para que pueda superarse con su hijo, no violencia y muerte.